Según lo mencionado arriba, fe, arrepentimiento, bautismo, y el don del Espíritu Santo (“los primeros principios y ordenanzas del Evangelio”) no son suficientes para garantizar la salvación; algo, después de estos pasos iniciales un compromiso continuo que dura la vida toda es requerido para el progreso personal continuo. Este compromiso prolongado, que los Mormones llaman “permanecer al final”, incluye cambios internos y exteriores. Internamente, debemos intentar cambiar nuestros corazones para alinear nuestras voluntades con la voluntad de Dios. Este cambio viene mientras que desarrolláramos fe en Jesucristo. Exteriormente, debemos demostrar buenas obras, eligiendo guardar los mandamientos que Dios ha revelado a través de profetas y de apóstoles antiguos y modernos. En vez de intentar encontrar una religión que “mejor combina” con nuestro estilo de vida o “elegir” cuales de los mandamientos religiosos que aceptaremos (religión a la cart), debemos activamente intentar descubrir la voluntad de Dios y hacerla. Dios bendice a los que permanecen hasta el fin, esforzándose por desarrollar fe en Cristo y guardar sus mandamientos.
El énfasis Mormón en guardar los mandamientos no debe ser malinterpretado. Específicamente,
Con este fondo, exploraremos algunos de los mandamientos que Dios ha revelado a través de sus profetas y apóstoles antiguos y modernos.
En la premier mitad del siglo XIX, muchos Mormones mascaban tabaco, incluyendo el profeta José Smith. Emma Smith, esposa de José, notaba que discusiones sobre Cristo y Su evangelio eran interrumpidas a menudo cuando los miembros de la iglesia se detenían brevemente para escupir tabaco sobre el piso. Ella cuestionó la práctica, especialmente porque era ella quien limpiaba el piso, y así sugirió que José le pidiera a Dios instrucciones adicionales. Lo que siguió era una revelación llamada por Mormones la “palabra de sabiduría”.
Aunque fue dado inicialmente por Dios como sugerencia, talvez para darle a los miembros de la iglesia tiempo suficiente para superar vicios difíciles, Dios después hizo que la Palabra de Sabiduría fuera un mandamiento y ha agregado a ella como se ha requerido por razón de épocas siempre cambiantes. La Palabra de Sabiduría enseña los miembros de la iglesia a evitar sustancias adictivas. Específicamente, menciona:
Además, la Palabra de Sabiduría insta a los miembros de la iglesia que coman hierbas, frutas y granos.
Dios promete bendiciones físicas y espirituales a los que sigan esta Palabra de Sabiduría. Aunque era desconocido a los miembros tempranos de la iglesia, la ciencia tiene comprobado las ventajas físicas de muchas de las recomendaciones de la Palabra de Sabiduría. De hecho, los estudios epidemiológicos sugieren que los Mormones norteamericanos viven, en promedio, algunos años más que sus compatriotas. La Palabra de Sabiduría también trae bendiciones espirituales; con la mente libre de vicios, la influencia del Espíritu de Dios es más fácilmente sentida.
Ayuno, una práctica que viene de la época del Viejo Testamento, es abstener voluntariamente de comer y de beber con el propósito de aproximarse más a Dios. Aunque los miembros de la iglesia están libres de ayunar siempre que la fuerza espiritual sea necesaria, el primer domingo de cada mes se señala específicamente como el “domingo de ayuno”. En este día,
En la primera mitad del siglo XIX, los Mormones adoptaron un sistema económico comunal llamado la “Orden Unida”. Los miembros de la iglesia daban todo lo que ganaban a la iglesia, y la iglesia redistribuía esas ganancias según las necesidades de cada uno de los miembros individuales. Algunos miembros tempranos, sin embargo, careciendo la dedicación requerida, resistían este sistema. Dios, reconociendo que la iglesia no estaba preparada para esta ley mejor, nos mandó cambiar por el capitalismo. En lugar de la Orden Unida, Dios estableció los mandamientos gemelos del diezmo, hecho para cuidar de las necesidades financieras de la iglesia, y las “ofrendas de ayuno” (descritas arriba), hechas para cuidar de las necesidades financieras de los pobres.
Diezmo, definido como 10% de las ganancias, es una ofrenda financiera dada a Dios por la iglesia. Como muchos de los mandamientos de Dios, la práctica también tiene orígenes en el Viejo Testamento. Los fondos de diezmo se utilizan para construir capillas y templos, para financiar el programa misional de la iglesia, y en general para construir y para fortalecer lo que consideran los Mormones ser el reino de Dios en la tierra.
Una característica que distingue la iglesia SUD es que los fondos de diezmo no son utilizados para pagar “el sueldo del pastor”. Con pocas excepciones, los miembros del clero SUD no son pagados. El clero Mormón es compuesto de miembros de la iglesia que ofrecen voluntariamente su tiempo sin cobrar, con la esperanza de fortalecer la iglesia que aman. En vez de ser usados para pagar los sueldos de clérigos individuales, los fondos de diezmo se utilizan para propósitos que benefician a la comunidad Mormona completa, en armonía con la filosofía original de la “Orden Unida” del siglo XIX.
Dios ha ordenado a sus hijos a reunirse con frecuencia; las congregaciones Mormónas se reúnen una vez por semana, el domingo. Frecuentar la iglesia trae bendiciones que no son posibles cuando los miembros de la iglesia adoran solamente en casa.
Algunos erróneamente ven la iglesia como un club social religioso. Cuando disminuyen amistades claves o se presentan irritantes sociales, éstos paran de frecuentar la iglesia. Más bien que frecuentar la iglesia por razones sociales, debemos frecuentar la iglesia debido a nuestro deseo de adorar a Dios y de fortalecernos espiritualmente. Sin importar cuan irritante sea fulano–¿cual congregación significativa de cualquier denominación no tiene algunos miembros irritantes?–Dios nos ha ordenado que seamos miembros activos de la iglesia, y nuestro amor por Él debe obligarnos a obedecer ese mandamiento. En el final, Dios nos juzgará basados en nuestro esfuerzo individual y personal. Dudo que Él acepte las excusas en cuales intentemos poner la culpa de nuestra inactividad en los hábitos irritantes o la amistad diminuida de otras personas. Dicho esto, Mormones se conocen como una gente muy amistosa. Aunque cualquier ventaja social de frecuentar la iglesia debe ser secundaria al deseo de adorar a Dios, las amistades maravillosas formadas entre miembros son recompensadoras y promovedoras de fe.
Como es el caso con casi todos los pecados, los Mormones creen que se puede arrepentir de fornicación o de adulterio cuando se aprovecha del sacrificio expiatorio de Cristo. Los miembros de la iglesia que ya fornicaron o adulteraron pero han caminado su modo de vivir por medio del arrepentimiento pueden gozar de nuevo de todas las ventajas de ser un miembro de la iglesia. Este principio del arrepentimiento es particularmente importante para los que deseen hacerse Mormones, muchos de cuales no apreciaban la importancia de la castidad antes de encontrar la iglesia y sus enseñanzas. Tales conversos pueden gozar de todas las bendiciones de ser miembros de la iglesia.
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