Según lo mencionado arriba, cuando José Smith pidió a Dios a cual iglesia debería hacerse miembro, Dios dijo que ninguna iglesia existente en ese entonces poseía la autoridad divina para actuar en el nombre de Dios. Ninguna iglesia existente en ese entonces tenía la plenitud el evangelio de Cristo. Cuando caminó Cristo en la tierra, Él estableció su iglesia. ¿Qué sucedió con esa iglesia original? ¿Si la iglesia antigua poseía la autoridad para actuar en el nombre de Dios, cómo es que esa autoridad se perdió? ¿Cómo es que las enseñanzas originales de esa iglesia primitiva fueron alteradas?
Cristo estableció personalmente su iglesia original en el antiguo Israel. Anticipando Su muerte, Él sabía que líderes inspirados tenían que ser llamados para comunicarse directamente con Dios para prevenir que los hombres–aun los bien-intencionados–introdujeran sus propias filosofías en el evangelio de Cristo. Cristo llamó profetas y apóstoles para servir como portavoces de Dios y les dieron la autoridad de actuar en el nombre de Dios, lo qué Mormones llaman “sacerdocio.”
Estos líderes tempranos de la iglesia reconocían–por simple observación y por revelación divina–que preservar la iglesia cristiana original sería imposible. Como enseñó el apóstol Pablo, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4).
La persecución de los profetas y de los apóstoles eventualmente resultó en sus muertes como mártires. Con sus muertes, la autoridad de actuar en el nombre de Dios no se encontraba más en la tierra, y la comunicación profética-apostólica directa con Dios acabó. Así comenzó lo que llaman los Mormones “la gran apostasía”, o la gran caída religiosa.
Sin la revelación de Dios, hombres–la mayoría con buenas intenciones–tuvieron que intentar preservar las enseñanzas originales de Cristo solos. Los Mormones respetan a estos “padres de iglesia” como individuos buenos que se esforzaron por mantener la tradición cristiana viva a frente de enormes desafíos. En ausencia de la comunicación directa con Dios, la invasión de las filosofías y de las políticas humanas en el cristianismo era inevitable, pero estos hombres sin embargo hicieron un trabajo noble en preservar muchas de las verdades que Cristo había introducido durante su ministerio mortal.
Los Mormones también respetan los grandes reformadores cristianos, hombres que intentaron corregir algunas de las filosofías humanas erróneas que habían entrado en la religión cristiana. Muchos de estos cristianos protestantes tempranos reconocían, sin embargo, que como sus precursores, también carecían la autoridad para actuar en el nombre de Dios; hacían simplemente lo mejor que podrían en ausencia de la revelación directa de Dios.
Roger Williams era uno de éstos. Después de huir de la colonia norteamericana de Massachussets Bay, Williams fundó la colonia de Rhode Island. Él llamó su capital “providencia”, indicativo de su búsqueda para la iglesia original del Nuevo-Testamento, una búsqueda que duró la vida entera. Dijo Cotton Mather, “Sr. Williams finalmente dijo a sus seguidores que por ser él mismo engañado, los había engañado también…estaba satisfecho que no había nadie sobre la tierra que podría administrar bautismo o cualquiera de las ordenanzas del evangelio, y así él los aconsejó que renuncien todo y esperen la venida de nuevos apóstoles.”
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