Durante cuatro años he estado casada y sellada con mi esposo, pero durante los últimos Dos años hemos tenido muchos desafíos el se ha ido de casa en dos ocasiones y casi siempre si esta en casa me deja de hablar por meses, durante este tiempo me he sentido sola y actualmente conocí a un misionero retornado que ha sido muy bueno conmigo, pero sé que el no podrá progresar mucho espiritualmente por que no yo puedo volver a sellarme con nadie, que debo de hacer. Olvido esta ilusión que ha llegado a mi vida de manera inesperada o sigo con mi esposo a pesar que no me siento plena?
One Response to “Durante cuatro años he estado casada y sellada con mi…”
Mario Paz
2013-07-21 21:30:25
Hola hermana. Si usted todavía está casada, no debe deliberadamente cultivar sentimientos románticos por otro hombre, aunque su matrimonio está turbado. Jesús dijo: "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón" (Mateo 5:28). Esta escritura se aplica a las mujeres también. Le sugiero que le olvide de este misionero retornado.
Ahora bien, hay razones válidas para el divorcio. Dos razones importantes vienen a la mente:
1. Abuso. Me refiero al verdadero abuso verbal, emocional o físico, no al desacuerdo legítimo, no a las expresiones sinceras de verdadera preocupación (aunque sean vehementemente expresadas), no a un marido que es fastidioso o una esposa que regaña. El abuso es cuando uno de los cónyuges intencionalmente y / o a sabiendas daña o perjudica al otro.
2. Infidelidad. Especialmente la infidelidad repetida y así no arrepentida. También hay que tener en cuenta que una "aventura emocional" es una forma de infidelidad, como es la pornografía. Una persona casada no debe cultivar intencionalmente sentimientos románticos y/o sexuales por alguien que no sea su cónyuge.
Paréceme que usted no es víctima de abuso o infidelidad, aunque no estoy al tanto de los detalles de su relación. Mi recomendación, entonces, es que trabaje para mejorar su matrimonio. Usted no debe sentir que hay que pasar el resto de su vida miserable. Usted debe tener esperanza en el futuro, ya que puede luchar por su matrimonio. Ha aquí algunas sugerencias:
1. Tenga una discusión franca con su esposo. Él probablemente no está feliz con el matrimonio tampoco. Explique que usted quiere que los dos trabajen más para ayudarse a ser más felices.
2. Hable con su obispo. En mi opinión, las parejas no tienen que compartir cada desafío marital con su obispo. Debe haber un sentido de la privacidad y la intimidad en el matrimonio. Pero, si el divorcio es realmente un posibilidad, es el momento de pedir ayuda.
3. Considere la posibilidad de hablar con un consejero matrimonial que comparte la estima mormona para el matrimonio.
4. Oren juntos, lean las Escrituras juntos, tengan la noche de hogar juntos, y traten de comer juntos cuando sea posible. Pasen tiempo juntos.
Por último, aunque no recomiendo el divorcio, yo quería hacer una corrección doctrinal. Los miembros de la iglesia que divorcian pueden ser sellados con un segundo esposo o esposa si su primer sellamiento se cancela por la Primera Presidencia.
Ahora bien, hay razones válidas para el divorcio. Dos razones importantes vienen a la mente:
1. Abuso. Me refiero al verdadero abuso verbal, emocional o físico, no al desacuerdo legítimo, no a las expresiones sinceras de verdadera preocupación (aunque sean vehementemente expresadas), no a un marido que es fastidioso o una esposa que regaña. El abuso es cuando uno de los cónyuges intencionalmente y / o a sabiendas daña o perjudica al otro.
2. Infidelidad. Especialmente la infidelidad repetida y así no arrepentida. También hay que tener en cuenta que una "aventura emocional" es una forma de infidelidad, como es la pornografía. Una persona casada no debe cultivar intencionalmente sentimientos románticos y/o sexuales por alguien que no sea su cónyuge.
Paréceme que usted no es víctima de abuso o infidelidad, aunque no estoy al tanto de los detalles de su relación. Mi recomendación, entonces, es que trabaje para mejorar su matrimonio. Usted no debe sentir que hay que pasar el resto de su vida miserable. Usted debe tener esperanza en el futuro, ya que puede luchar por su matrimonio. Ha aquí algunas sugerencias:
1. Tenga una discusión franca con su esposo. Él probablemente no está feliz con el matrimonio tampoco. Explique que usted quiere que los dos trabajen más para ayudarse a ser más felices.
2. Hable con su obispo. En mi opinión, las parejas no tienen que compartir cada desafío marital con su obispo. Debe haber un sentido de la privacidad y la intimidad en el matrimonio. Pero, si el divorcio es realmente un posibilidad, es el momento de pedir ayuda.
3. Considere la posibilidad de hablar con un consejero matrimonial que comparte la estima mormona para el matrimonio.
4. Oren juntos, lean las Escrituras juntos, tengan la noche de hogar juntos, y traten de comer juntos cuando sea posible. Pasen tiempo juntos.
Por último, aunque no recomiendo el divorcio, yo quería hacer una corrección doctrinal. Los miembros de la iglesia que divorcian pueden ser sellados con un segundo esposo o esposa si su primer sellamiento se cancela por la Primera Presidencia.