Me bauticé a los 13 años a pesar que mi padre se opinia, luego me preparé y serví una misión, sabía que a mi regreso mi padre no me recibiría en casa pero mi fe y testimonio fueron mas poderosos que el miedo, al regresar las cosas cambiaron, un pequeño gesto de amor hizo que mi padre me abriera las puerta de la casa, luego me case con una ex misionera en el templo, tenemos dos hijos maravillosos que los describo como angeles.

He servido en muchos llamamientos de liderazgos, en uno de ellos sufri mucho ya que hermanos apostatas me golpearon junto con otros lideres y amenazaron de matar a mi esposa he hijos, en ese momento hable con mis lideres de área sin embargo no vi mucha ayuda para protegerme mas que las poderosas oraciones, me fui del lugar porque venian muchas amenazas, logre nuevamente estar tranquilo a pesar de perder mi trabajo pasaron varios años de mucha aflicción económica lo que nos trajo muchos problemas matrimoniales, pero salimos de eso.

Luego vino un tiempo de muchas bendiciones y cuando lo teniamos todo, sentí que debiamos tomar una decisión de mi bendición patriarcal que era venir a estudiar a USA, lo dejamos todo para venir aquí a Utah, llegamos con mucha esperanza esperando el mejor recibimiento en Provo, sin embargo nuestro nuevo barrio en inglés fue una verdadera pesadilla, sufrimos el desprecio racial de nuestros hermanos, la unica vez que nos hablaron en 3 meses fue para decirnos que habia un barrio latino donde podiamos asistir, ni hablar del racismo de nuestros vecinos, nos fuimos a un barrio latino pero lamentablemente mi animo esta en el suelo, llevamos 1 año y medio aquí y solo hemos recibidos mucho odio racial por parte de la comunidad de nuestra propia religión incluso en templo square.

Mi esposa lleva un año sumida en una depresión por todo esto, hace poco nos mudamos de casa y mi terror de ir a un barrio en ingles me ha paralizado, tengo un testimonio tremendo de este evangelio, sé que es la verdad pase lo que pase conmigo nunca podré negar mi testimonio, he crecido con aflicción en mi vida y he servido en la iglesia a pesar de todo, pero creo que esta vez estoy perdiendo la batalla, hace dos meses no asisto a mi barrio y cada vez que pienso en ir, recuerdo todo el miedo racial que hemos sufrido, solo he tratado de vivir de acuerdo a mi bendición patriarcal, sin embargo siempre que trato de ser semajante a Cristo recibo la furia de las pruebas, pero me siento cansado y cargado incapaz ahora de hacer las cosas básicas del evangelio, necesito orientación…

Un abrazo mis hermanos, el solo hecho de escuchar esto, ya es un bálsamo a mi alma.

Alex de Springville, 28/11/2016