Adicción pornografía y masturbación… 2 años sin poder salir.
Des de 13 años siempre consumía esa porquería.
Un placer momentáneo que me aleja demasiado de Dios. Hoy en día, creo que Dios no me perdonaría. Eso tengo en mi mente automáticamente.
Siento que no soy digno de dirigirme a él.
De verdad, quiero salir, por que ya estoy harto. Todo me exita, no veo a la mujer como debe ser, gasto horas de mi vida por esta adicción. A eso sumándole que me dan ganas de llorar por que no soy capaz de dejarlo. Ya ni siento culpa, solo siento un vacio que me llena de miseria y asco. Al hacer la oración no siento el espiritu, siento que él no me escucha.
No he vivido con rectitud, creo que la adicción se me fue de las manos. Siempre envuelto en pensamientos incontrolables.
Esto empeoró mis obsesiones derivados de mi T. O. C. Imaginense… Sumandole al fuerte desiquilibrio emocional y deprresivo que sufro. Tal vez eso fue el sentimiento de amor que sentía antes y compresivo a la vez. 2 meses sin caer, todo brillava de felicidad. Me contentaba con la idea de hacer una misión. Estaba feliz. Pero luego caí. Ahí fue donde me derribe, soy facil en caer pero lento en levantarme.
Lo peor es la sensaciòn de mi enfermedad emocional, pensamientos desiqulibrados, y la resignación del pecado.
Hablé con el obispo incluso para arrpentirme del pecado, fueron los 2 mejores meses de mi vida.
Por favor, quisiera sentir nuevamente ese espiritu de paz. Me siento mal hacer promesesas a mi Padre Celestial que no he podido cumplir.
One Response to “Ayúdenme por favor. Adicción pornografía y…”
Felipe Delgado
2015-07-26 19:37:32
Un ejemplo de alguien que se recuperó espiritualmente por medio de Jesucristo.
Hola hermano. Su caso es especialmente complicado porque es difícil separar sus verdaderos pecados de las consecuencias incontrolables de su enfermedad mental. Usted dijo un par de cosas, sin embargo, que no son compatibles con la doctrina de la iglesia. Estoy seguro de que sabe que estas ideas no son doctrinales. El hecho de que usted continúe pensando en ellas sugiere que puedan ser obsesiones relacionadas con su condición. He aquí una lista de las cosas equivocadas que usted dijo:
1. "Hoy en día, creo que Dios no me perdonaría." Nuestra iglesia enseña que no hay pecado que le pone fuera del alcance de la expiación de Cristo.
2. "Siento que Dios no me escucha... Siento que no soy digno de dirigirme a él." Nuestra iglesia enseña que incluso el peor pecador puede (y debe) todavía orar.
Señalo estas cosas sólo para ayudarle a distinguir entre una correcta comprensión del pecado (que creo que usted intelectualmente posee) y obsesiones que no tienen relación con la verdad. Dios es capaz de perdonar, y Él escucha sus oraciones. Él quiere que usted ore.
Usted reconoce su pecado, que es mejor que un montón de gente. Ese es el primer paso para la recuperación espiritual. También no está pecando debido a la rebelión abierta, sino más bien a causa de una debilidad personal. Dios espera que arrepentirnos de todos nuestros pecados, pero las personas que pecan por debilidad personal en general tienen más facilidad de las personas que pecan porque son deliberadamente rebeldes.
También es necesario distinguir entre la vergüenza y la culpa. La culpa es cuando un pecador cree que ha hecho algo malo y así trata de cambiar a través de Jesucristo. La vergüenza es cuando un pecador se piensa que es intrínsecamente malo y, por tanto, irredimible. La culpa es un regalo de Dios, pero la vergüenza es una de las herramientas más poderosas de Satanás que él usa para derribar la gente buena.
Usted debe sentirse culpable por sus pecados. Esa culpa debería obligarle a hablar con su obispo, y esa confesión debe conducir a la paz espiritual. Se sintió esa paz antes, cuando confesó, y le animo a hacerlo de nuevo. Hazlo cada vez que falla. Pero no sienta vergüenza. Usted es un hijo de Dios, y Él le ama mucho.
1. "Hoy en día, creo que Dios no me perdonaría." Nuestra iglesia enseña que no hay pecado que le pone fuera del alcance de la expiación de Cristo.
2. "Siento que Dios no me escucha... Siento que no soy digno de dirigirme a él." Nuestra iglesia enseña que incluso el peor pecador puede (y debe) todavía orar.
Señalo estas cosas sólo para ayudarle a distinguir entre una correcta comprensión del pecado (que creo que usted intelectualmente posee) y obsesiones que no tienen relación con la verdad. Dios es capaz de perdonar, y Él escucha sus oraciones. Él quiere que usted ore.
Usted reconoce su pecado, que es mejor que un montón de gente. Ese es el primer paso para la recuperación espiritual. También no está pecando debido a la rebelión abierta, sino más bien a causa de una debilidad personal. Dios espera que arrepentirnos de todos nuestros pecados, pero las personas que pecan por debilidad personal en general tienen más facilidad de las personas que pecan porque son deliberadamente rebeldes.
También es necesario distinguir entre la vergüenza y la culpa. La culpa es cuando un pecador cree que ha hecho algo malo y así trata de cambiar a través de Jesucristo. La vergüenza es cuando un pecador se piensa que es intrínsecamente malo y, por tanto, irredimible. La culpa es un regalo de Dios, pero la vergüenza es una de las herramientas más poderosas de Satanás que él usa para derribar la gente buena.
Usted debe sentirse culpable por sus pecados. Esa culpa debería obligarle a hablar con su obispo, y esa confesión debe conducir a la paz espiritual. Se sintió esa paz antes, cuando confesó, y le animo a hacerlo de nuevo. Hazlo cada vez que falla. Pero no sienta vergüenza. Usted es un hijo de Dios, y Él le ama mucho.