‘Los Mormones son la Única Utopía que ha Funcionado’

por Mark W. Cannon -

13 de enero, 2010

Peter Drucker, líder mundial en organización y administración, me comentó en un seminario sobre voluntarismo, dado en la Universidad de Harvard en 1989, que “los mormones son la única utopía que ha funcionado”.

Drucker es ampliamente conocido como el padre de la administración moderna y como uno de los observadores más astutos de la efectividad gerencial y organizacional de los tiempos modernos. La edición del 19 de Noviembre de 2009 del periódico “The Economist”, conmemora los cien años del nacimiento de Drucker, declarando que “cuatro años después de su muerte, sigue siendo el rey de los garúes de la administración”, y que “permaneció en la cima por más de 60 años, aconsejando a generaciones de jefes y evitando ser encantado por la moda.
Esta misma edición conmemoró el “Centenario Drucker” con 30 ensayos sobre la influencia de Drucker.

El “Financial Times” señaló en su encabezado del 23 de noviembre de 2009 “Las ideas de Drucker soportan la prueba del tiempo”. Particularmente en la última parte de su vida, se enfocó el sector independiente, sin fines de lucro y los enormes beneficios sociales que se pueden obtener por el esfuerzo voluntario y desinteresado para ayudar a otros.

¿Por qué decía Drucker que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como la única utopía que ha funcionado?

La palabra “utopía” fue acuñada por Sir Thomas More para describir una mítica isla de condiciones económicas y sociales ideales, en la que todo el mundo era educado, sabio y próspero, tratando de seguir las enseñanzas y mandamientos de Jesucristo–incluido el espíritu voluntario que fascinaba a Drucker–para acercarse a una sociedad cristiana ideal.

Drucker observó los frutos del mormonismo tanto en la gran cantidad de servicio efectivo como en las actividades educacionales llevadas a cabo exitosamente por voluntarios de la Iglesia. Enseñó en la Universidad de Graduados de Claremont (su escuela de administración para graduados recibió su nombre) en e sur de California, donde hay una gran población mormona.

Casi 3.000 estacas, 25.000 barios y ramas de la Iglesia en más de 150 países funcionan con un clero voluntario, el cual lleva a cabo una amplia gama de programas de servicios bien organizados, efectivamente educativos, enriquecedores espiritualmente, que apoyan a personas de todas las edades. Esto último sin contar el calor de la actividad voluntaria de más de 50.000 misioneros de tiempo completo y otra gran cantidad de misioneros de tiempo parcial–en realidad, billones de dólares que se irían en costos de personal se ahorran y se utilizan para expandir la misión de la iglesia más rápidamente.

Cada barrio está formado por entre 400 y 700 miembros, dirigido por un obispo y dos consejeros, todos voluntarios, además de una buena cantidad de miembros que no reciben ningún salario, los cuales trabajan liderando o enseñando en organizaciones como la Sociedad de Socorro, sacerdocio, Escuela Dominical, Hombres y mujeres Jóvenes, Primaria, Seminario, Boy Scouts y los proyectos de servicio especial como campañas de vacunación, sanitarias y de socorro ante emergencias.

No es de sorprender que el astuto Drucker haya llegado a esta notable conclusión acerca de los frutos del mormonismo.

Intuitivamente, la gente puede creer que sacrificar tanto tiempo y recursos interfiere con la capacidad de obtener una buena educación y ganar un sueldo decente. No obstante, el promedio de Mormones que obtiene un nivel educativo superior ha aumentado sustancialmente con ralación al promedio nacional. Así también, un 12,5% de cabezas de familia gana más de $50.000 al año, en comparación al resto de la población. (Datos entregados por The Pew U.S. Religious Landscape Survey of the Pew Forum on Religious & Public Life, 2007.)

Al momento en que Drucker compartió esta extraordinaria conclusión acerca de los mormones, yo era un becario invitado al Centro Internacional Woodrow Wilson para becarios. No quería citarlo sin obtener su aprobación, así que le escribí una carta preguntándole si tenía “alguna objeción para que use la afirmación que usted hizo: “Los Mormones son la única utopía que ha funcionado”

Drucker respindió dándome su autorización, con un cambio. Cuando yo hablé con él originalmente, me dijo, “los mormones son la única utopía que siempre ha funcionado.” Cuando yo le escribí, evité la palabra “siempre” para evitar que pareciera una afirmación muy dura para él. Aún así, Drucker quería que esa afirmación fuese fuerte y radical. Tomó su lápiz y escribió SIEMPRE en dicha oración.

(Traducido por Ernesto Espinosa. Leer el artículo en la lengua original.)

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