Soy miembro de la Iglesia desde los 10 años. Me casé y sellé en el Templo de Sao Paulo, en 1980. Tuvimos 4 hijos todos casados y sellados ya ahora. Nos divorciamos en 2007, no pude salvar mi matrimonio. Después de 7 años en 2013 me volví a casar con un hombre muy bueno, pero que no es miembro de la Iglesia. Me permite asistir a la Capilla, incluso me acompaña, pero no está interesado en ser miembro. Yo siento que me equivoqué, hubiera esperado a casarme con un hombre fiel al Evangelio, pero tomé una mala decisión. Lo que más deseo es hacer una misión en un Templo. Cuando estaba casada trabajé de obrera por cinco años seguidos en un Templo incluso de ayudante de registrador. ¿Alguien puede aconsejarme? Prefiero seguir sola, porque sin el sacerdocio en la casa no hay progreso. Me puede alguien orientar? Gracias a todos
Graciela de Santa Cruz De Tenerife, Islas Canarias, España,
One Response to “Soy miembro de la Iglesia desde los 10 años. Me casé y…”
Miguel Castro
2014-09-21 23:12:15
A través de la oración, podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial. Él está ansioso de guiarnos y ayudarnos.
Hola Graciela. Gracias por su mensaje interesante. Lo siento de saber que usted está teniendo estos problemas matrimoniales. Mientras yo ciertamente entiendo su angustia, la iglesia nunca le aconsejaría que se divorcia de su marido porque él no comparte su fe mormona. Sería mejor tener una conversación franca con él acerca de sus sentimientos y el papel central que desempeña la fe en su vida. Dile que realmente significaría mucho para usted si él empezaría venir a la iglesia, incluso si él no está listo para ser bautizado. Tres horas a la semana no es mucho teniendo en cuenta lo mucho que iba a beneficiar a su matrimonio.
Continúe a invitarlo con palabras amables y un buen ejemplo. Con el tiempo, con la oración y el ayuno, tal vez Dios toque su corazón. Dios te bendiga, hermana!
Continúe a invitarlo con palabras amables y un buen ejemplo. Con el tiempo, con la oración y el ayuno, tal vez Dios toque su corazón. Dios te bendiga, hermana!